martes, enero 11, 2005

LOS BRILLANTES ANUNCIOS DE COMIDA CHINA FUERA DEL SALON ORIZABA

Después de haber escuchado los “fuertes” argumentos de Aide, JB no dijo más, sabía que era el fin. Aide tenía un semblante que JB no había conocido. Era más de miedo que de otra cosa. Era lastimoso que por eventos ocasionados por alguien externo, Aide hubiese tomado la decisión de mandar a JB a la mierda. Todo comenzó con una serie de e mails y llamadas telefónicas en los cuales involucraban a JB en supuestas relaciones con otras personas. Ciertamente Aide tenía razón en desconfiar de JB, ya que él, un escritor fracasado, borracho e impulsivo, a veces hacía cosas muy extremas. Sin embargo, es este caso, JB no tenía nada que ver con las llamadas y mails que eran tan desagradables para Aide. Fue una decisión que sorprendió a JB, pero él, sabía que la verdadera razón era que Aide quería estar sola; y oportunamente le llegó un pretexto para terminar con JB. Aide entró a su casa, y JB se alejó. No hubo lloriqueos ni nada por el estilo, es más Aide hasta parecía indignada.

A las 8:00 pm JB se despidió de Aide, lo hizo sarcásticamente y hasta mostraba buen humor, quizás eso fue lo que indignó a Aide. Ella esperaba que JB llorara a cántaros y que se lamentara. Pero no fue así, JB se mostraba tranquilo, duro consigo mismo y hasta cierto punto relajado. Aide no decía mucho, solo en ocasiones levantaba la voz y se mostraba a la defensiva; JB al contrario atacó todo el tiempo, era la única forma de que Aide pensara las cosas; pero no surtió efecto tal estrategia. Cuando JB comenzó a exaltarse, prefirió decir un par de chistes malos e irse.

Llegó pasadas las 9:00 pm al salón Orizaba, la lluvia arreciaba y estaba empapado. Cuando se acercó a la barra para pedir una caguama, fue arrollado por ciertos recuerdos. En una ocasión, después de una pelea con Grissa, los dos fueron al Orizaba. El ambiente estaba tenso, JB percibió que Grissa se sentía transgredida por ciertas miradas de uno que otro albañil. JB tomó su cerveza rápidamente y salieron. Para Grissa había sido un momento de incertidumbre; no pensó que en ese lugar hubiese tanta carga emocional no muy agradable para ella. Ese día el Orizaba estaba repleto, albañiles, putas gordas, quizás uno que otro parricida o paidofílico, actores porno gay... Tan repleto que Grissa no quiso nunca más saber de nuevo del lugar.

Le dieron la caguama a JB y le acercaron un vaso; él solo tomó la botella y se dirigió a la parte de arriba. Las cucarachas corrían sobre la mesa de metal con propaganda de “corona”. JB no se molestó siquiera en sacudir la mesa para que las cucarachas cayeran al suelo. Se sentó y bebió de su cerveza. La cucarachas pasaban por la palma de su mano izquierda, por el salero de plástico; se metían dentro de su pantalón, pero JB no sentía asco ni repulsión. Si había pasado 5 meses creyendo que Aide había arrancado algo de él, que más daba que las cucarachas se resguardaran en su ropa. Terminó su caguama y bajo por otra. Antes de ir a la barra, fue al baño. El baño del Orizaba es como el de los estadios de fútbol o como los de la secundaria; también hay un retrete, pero siempre esta tapado. Orinó, se subió al bragueta y fue hacía la barra. Justo en el lavamanos se encontraba el “rambo”, un tipo de 50 años aproximadamente, delgado, lleno de viejos recuerdos y ya con un fuerte delirium tremens debido al alcoholismo que se hace evidente en su rostro. En algunas ocasiones, cuando el retrete del salón orizaba se tapaba, “el rambo” con una jícara lo destapaba. Juntaba toda la mierda y salía a vaciarla a la calle; y así hasta que el retrete quedaba “limpio”

---Cómo estas “rambo”------- le dijo JB. -----Mal, de nuevo vomité toda la noche----- contestó el “rambo”. ------No te preocupes “rambo”, ven vamos por una caguama--. Se acercaron a la barra, JB pidió dos caguamas y subieron al tapanco. Mientras bebían el “rambo lloraba”. JB se sintió peor que aquel momento en el cual Aide se indignó y lo mandó al demonio. JB solo lo escuchaba con atención y pensaba en que quizás su futuro próximo estaba frente a la cerveza corona.

Dieron las 10:00 pm y la gente comenzaba a salir, JB ya estaba un poco ebrio. El “rambo” puso su manos sobre el hombro de JB y le dijo ---cuídate... y gracias---. JB sacó un billete de cien pesos y pagó. Una gorda se acercó a él y le dijo -----no quieres un buen culo ----- JB no contestó solo dio un paso hacia atrás, aun así no pudo evitar que la gorda posara su trasero en la ingle de JB. ------“Rambo” vamos a comer algo-----le dijo JB mientras la gorda se pegaba más. Por alguna razón, el “rambo” con lágrimas en lo ojos, no contestó nada; sólo se acercó a donde estaba JB y se quedó mirándolo. ------Si quieres vamos por otra de tus mezclas de ron y cerveza a mesones----- le dijo JB. El “rambo” sacó una moneda de 10 pesos y se la mostró a JB. -----No hay problema yo pago------ dijo JB. La gorda cesó en su intento y se dirigió hacia el baño.

A la salida, los anuncios de comida china de los restoranes que están en el callejón de dolores deslumbraron a JB, se sintió mareado y vomitó al instante. Se limpió la boca con su sudadera y siguió su camino. JB y el “rambo” compraron 4 caguamas, un ron barato, tequila, pan dulce y fueron hacía un hotel. Seis meses antes, JB había bebido con un par de transexuales en ese mismo hotel. Para JB era un buen lugar para por lo menos pasar la noche, tener un lugar donde beber y un baño para vomitar.

El “rambo” se quedó dormido rápidamente, JB siguió bebiendo, comió algo de pan dulce y se recostó en la cama. El “rambo” hablaba algo, JB lloraba y recordaba como los brillantes anuncios de comida china lo hacían vomitar. Por fin se quedó dormido; al otro día seguro amanecería con resaca y su hernia hiatal más grande y alimentada por la dignidad de Aide.

No hay comentarios.: